Lacan indica que la mujer es más real y mucho más verdadera que el hombre al explicar su relación al goce y al deseo en el Seminario 10. Y eso concierne tanto a la maternidad como a la relación con el partenaire.
Eric Laurent distingue el valor fálico y las versiones del objeto a que el niño tiene para la madre, de cómo una mujer puede volverse síntoma para otro cuerpo y lleva a los hombres a los embrollos con su partenaire-síntoma. Los objetos de amor de una mujer son objetos separados, dice Laurent, sin pasar por la angustia del propietario como lo es del lado del hombre, es por ello que “la angustia es más real en esta exigencia de amor de estos objetos separados”, añade.
No obstante, las mujeres son muchos más dependientes de los signos de amor del partenaire, y pasado cierto límite, su relación puede volverse un estrago. Junto a la espera de amor, a la angustia y al tormento en su la búsqueda de ser única para un hombre, existe una dimensión de hasta dónde puede llegar una mujer en su desesperación. El crimen pasional y el filicidio surgen entonces como pasiones locas en las mujeres en la medida en que el niño es tomado como objeto de goce. ¿Qué respuesta puede dar el psicoanálisis a estas respuestas que se vuelven un destino?