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La mujer irreductible

“Contrariamente a lo que se dice, del goce fálico, a “la” mujer, si me atrevo a decirlo ya que no existe, no se le priva de ello. Ella no tiene menos que el hombre a qué se agarra su instrumento (órganon). Por poco que ella esté dotada de eso. (…), no obtiene menos el efecto de lo que limita el otro borde de este goce, a saber el inconsciente irreductible.”

Lacan, J., El Seminario, Disolución, in En los confines del Seminario, texto establecido por J.-A. Miller,París, Navarin, coll. La Divina, 2021, p. 51. (no traducido en español)

En los confines de su Seminario, Lacan todavía sostiene la mano de la que no existe. Propone que ella no necesita el órgano para estar tan comprometida, tanto o más que el hombre en el goce fálico. Ella consigue el efecto mayor de limitar el Otro goce dotándole de un borde que Lacan califica de inconsciente irreductible. Hay entonces un saber que se nos escapará siempre permitiendo que nuestra cacería no se detenga. ¿No son buenas noticias?