Accueil » Castración

Castración

Un traumatismo puede revelar en algunos casos, bajo la forma de una hiancia, una dimensión forclusiva. Cuando esta hiancia aparece bajo el modo de la respuesta de goce principalmente a través del objeto voz (aquí femenina), el término de castración permanece válido al tratarse de la dimensión discreta de la psicosis.

Una contingencia traumática puede provocar un condicionamiento que excede al destino. La experiencia de dos casos nos permitirá ponerlo a prueba. En el primer caso, una pregunta abre la relación entre traumatismo y desencadenamiento psicótico.

Una niña de 5 años pregunta a su madre: Mamá ¿qué es la muerte? La perplejidad será la primera respuesta frente al traumatismo de la pregunta. El segundo paso, un desencadenamiento delirante, con un delirio paranoico que culminará con el suicidio de la madre. Un segundo caso, donde inesperadamente, a un sujeto le irrumpe una voz femenina. El sujeto queda perplejo, sin entender lo que ocurrió. Su familia lo mira con sorpresa sin comprender de qué se trata. Su hermana le dice: hablaste como mujer. Esta irrupción dejará una marca que condicionará al sujeto en su forma de hablar, habla con una gran lentitud. Interrogado por su analista sobre esa lentitud, responde: “lo hago porque tengo miedo de que me vuelva a salir la voz de mujer”.

Una contingencia traumática con desencadenamiento y otra con una cicatriz que condicionará el hablar del sujeto. Quizá esta última, ilumina lo que hemos llamado psicosis ordinaria.